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Sí a la moda deportiva

  • Sara Padilla
  • 15 nov 2017
  • 3 Min. de lectura

Runners con las zapatillas más coloreadas, gimnastas con camisas fluorescentes, guantes a juego con tus shorts para el gym. La ropa fitness parece un espectáculo neón (cuando más ‘’chillón’’ el color, mejor) al que cada vez son más las personas que se apuntan, tanto para hacer deporte como si no.


El uso de distintas prendas para practicar ejercicio ha cambiado a lo largo de muchas décadas. Las primeras informaciones se remontan a los años 50, donde los atletas olímpicos griegos se enfrentaban casi desnudos con motivo de la exaltación del cuerpo masculino. Años después, se optó por la utilización de pantalones cortos y camisetas sin mangas con telas de algodón y lana, cuyo origen se sitúa en Inglaterra. Hoy en día no se nos ocurriría pensar en hacer ejercicio con una camiseta de algodón (los sudores no ayudan con esta tela).


Así, fue en la época de los 80 cuando se revolucionó la ropa deportiva, pues empezó a estar de moda la vida saludable y deportista. Aquí tuvo un gran protagonismo el elastano, una fibra sintética con mayor resistencia y elasticidad mayoritariamente conocida por <<Lycra>>, cuyo nombre comercial fue patentado por el químico Joseph Shivers en el año 1959.


Fue a principios de los 90 cuando alcanzó mayor fama, la diseñadora francesa Sonia Riquiel, que también dedicó parte de su confección a la ropa deportiva, llegó a todos los estratos sociales hasta el punto de que numerosos ciudadanos emplearon este tipo de prendas para estar en casa debido a que eran cómodas y abrigadas.


Actualmente, casi cualquier prenda de deporte está fabricada con un tipo de tejido de hilo de elastano conocido como supplex, que le aporta una sensación sedosa. Su principal característica es el bienestar térmico, puesto que transfiere fácilmente el calor y la humedad entre el cuerpo y el exterior.


Llegados a este punto, y como el suplex no se decolora con los lavados, la moda fitness de hoy se presenta como un abanico de colores, en su mayoría, fluorescentes o neones. Por tanto, son muchas las personas que optan por llevar zapatillas, licras o camisillas para otras actividades a parte del ejercicio, pues les resultan cómodas y atractivas. Un ejemplo es Alejandra Simón, entrenadora personal nacional, fisioterapeuta y deportista de alto rendimiento, quien nos comenta que ‘’Estoy tan acostumbrada a vestir mallas y me siento tan cómoda que podría vestir así todos los días. De hecho, mis amigos bromean con el hecho de si me casaré en licras también’’.



Foto de la página oficial de Alejandra Simón.

Foto de la página oficial de Alejandra Simón.



Este tipo de colores es utilizado para atraer a los jóvenes, objetivo demográfico principal de las empresas textiles especializadas en deporte. El gerente del fabricante de pigmentos fluorescentes, DayGlo, realizó un estudio donde se concluyó que los niños son más afines a los colores neón y que la gente se detiene más tiempo viendo productos fluorescentes que otros.



El auge de esta moda es bastante visible en redes sociales como Instagram, donde muchísimas influencers suben diariamente rutinas de ejercicios, dietas o simples fotografías en su espejo con sus modelos fitness en todos los colores, formas, tamaños y modelos. Son tan seguidas estas cuentas que, hasta gente que nunca en su vida había practicado ejercicio, decide comprarse un outfit y, seguidamente, apuntarse en un gimnasio y salir a correr para lucirlo.


Alejandra Simón tiene 2.270 seguidores en Instagram. Todos los días sube historias o publicaciones con ropas de lo más llamativas (pitillos de cupcakes, de Capitán América…) y con su característico pelo violeta animando a sus seguidores a practicar deporte. Nos afirma que, cuando va a comprar su vestimenta, busca ‘’un equilibrio óptimo entre confort, calidad y diseño, por ese orden. Por mucho que me gusten unas mallas, si no son cómodas, no las elegiré nunca. El tipo de entrenamiento que yo realizo es muy exigente, por lo que elijo un tipo de prenda que consiga adaptarse a mí y a mi entrenamiento’’. Su marca favorita es ‘’My Angel Sportswear, son originales, divertidas, coloridas y de calidad’’ y tiene tantos pantalones que a duras penas repite en varias semanas.


Asimismo, con el gran crecimiento de esta moda, los cánones de belleza y modelaje están cambiando progresivamente. Se ha pasado de la admiración a la mujer excesivamente delgada, sin curvas y plana, al físico atlético. Simón tiene una opinión clara al respecto: ‘’Antes, una mujer con el abdomen marcado y un trasero prominente daba más miedo que curiosidad. Sin embargo, ahora las chicas le tienen menos miedo a tener un cuerpo musculado y se entrenan con más exigencia. De esta forma, se sienten más seguras, independientes y más fuertes y, por consiguiente, más atractivas (no para agradar a alguien, sino para ellas mismas)’’.


Con todo, se podría decir que el auge de la moda fitness tiene consecuencias positivas, también, en el ámbito de la salud, ya que ha provocado que más personas se animen al mundo del ejercicio, una actividad obviamente beneficiosa para la sociedad.

 
 
 

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Somos Sergio Stefano, Andrea Marrero, Sara Padilla, estudiantes de la universidad de La Laguna, y amantes de la moda.

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